No sé si es (conscientemente) por Alicia (que no he visto porque sé que se han cargado otra vez su condición de nínfula) pero vuelven a llevarse las lolitas. No las nínfulas. Las nínfulas son otra cosa que ya definió muy bien Nabokov en texto que no me creo que no hubiera puesto pero que pongo ahora:"Entre los límites de los nueve y los catorce años, surgen doncellas que revelan a ciertos viajeros embrujados, dos o tres veces mayores que ellas, su verdadera naturaleza, no humana, sino nínfica ( o sea demoníaca); propongo llamar nínfulas a estas criaturas escogidas.¿Son nínfulas todas las niñas? No, desde luego. Si pedimos a un hombre normal que elija a la niña más bonita en una fotografía de un grupo de colegialas o girl scouts, no siempre señalará a la nínfula.Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melancólico, con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en su sutil espinazo, para reconocer de inmediato, por signos inefables - el diseño ligeramente felino de un pómulo, la delicadeza de un miembro aterciopelado y otros indicios que la desesperación, la vergüenza y las lágrimas me prohiben enumerar- al pequeño demonio mortífero ignorante de su fantástico poder."Lolita, o sea, Dolores Haze, es una nínfula; las nenitas que pretenden imitar a la(s) de la(s) películas, rotundamente no. La de Kubrick tampoco y creo que por eso prefiero la de Adrian Lyne, en ésta la chavalita (cuyo nombre he olvidado porque ya creció y no me interesa) es maravillosa como nínfula. También es nínfula la de El cabo del miedo (no recuerdo si también la de El cabo del terror porque estaba demasiado concentrada viendo a Robert Mitchum, que cada una tiene sus debilidades...) y mi absoluta preferida: Natalie Portman patinando en círculos en el hielo y diciendo a chico guapo que toca el piano (aquí estaba demasiado concentrada viendo a Natalie para saber quién es él) "¡oh, Romeo, pobre Romeo! nuestro amor es imposible: a ti te meterían en la cárcel y yo sería el hazmerreír de las exploradoras..." en Beautiful Girls. Natalie Portman fue LA NÍNFULA y luego... creció. Como todos los niños excepto uno.Beatrice, Laura, Annabel Lee (y a esas tres las cita Nabokov como ejemplos) son putas nínfulas. La garota de Ipanema. Virginia Clemm (o sea, Annabel Lee). Alice Liddell (¡ay!). María Valverde (insuperable su "fue el verano pasado, yo era una niña" "¿y ahora?" "ahora me queda muchísimo mejor el bañador" o su respuesta a "a mí las bragas de las niñas no me importan nada" de Tosar, diciendo "mejor: yo no llevo" en
La flaqueza del bolchevique -película que fui a ver sólo por la posibilidad cumplida de la nínfula-). Ellen Page da el pego en esta película que es una revisión de Caperucita y cuyo título he olvidado.
Como no creo en las casualidades, supongo que lo de que hayan vuelto las gafas en forma de corazón meses antes de estrenarse Alicia y de cumplirse cien años de la publicación de
Muerte en Venecia y que se vean lolitas (más) por todas partes, no puede ser casual. También lo explicaba muy bien Houellebecq en
La posibilidad de una isla, novela que no me gustó más que por eso:
" Claro, es un poco ridículo que una mujer de treinta años compre una revista que se llame Lolita; pero no más que el hecho de comprarse un top ceñido o unos mini shorts. Su apuesta era que el sentido del ridículo, que había sido tan fuerte entre las mujeres, y especialmente las francesas, iba a desaparecer poco a poco en provecho de la pura fascinación por una juventud sin límites.
Lo menos que se puede decir es que se ha ganado la apuesta. La edad media de nuestras lectoras es de veintiocho años, y aumenta un poco todos los meses. (…) Es normal que a la gente le dé miedo envejecer, sobre todo a las mujeres, siempre ha sido así, pero esto… supera todo lo imaginable, creo que todas se han vuelto completamente locas”.
Por cierto, la chica que se tira el protagonista de la novela tampoco es una nínfula. ¡Es mayor de edad, por dios! Dada la evolución de la narrativa del bueno de Michel, en la próxima toca (y yo espero ansiosa). Las lolitas son chicas, no niñas. A los Humbert Humberts de la vida (véase Polanski, véase Lewis Carrol, véase Poe...) les gustan las nínfulas, no las adolescentes con cara de chupapollas.
Las nínfulas sólo son superadas en mi escala de fascinaciones por los vampiros y sólo porque llegaron antes y no te los cruzas por la calle; a ellas sí. Claudia, la de
Entrevista con el vampiro es otra pero la última vez que vi/leí ECEV estaba en edad de serlo yo (no lo fui, por desgracia y no por falta de vocación) y no de fijarme en otras... pocas cosas "no reales" me decepcionan tanto como cuando una nínfula (de las de dominio público) crece. Lo de Natalie todavía no lo he superado. Ni creo que lo haga jamás.
Las niñas de Balthus son indiscutibles nínfulas. Alguna de las que pinta Bouguereau descalzas. Pero, sobre todo, mi último gran descubrimiento (vía
tumblr):
(William Sergeant Kendall – Psyche, 1909)
Y sí, ya tengo otro monográfico pendiente: Psyches.
Este post iba a ser más largo e iba a existir antes de descubrir el cuadro; luego iba a ser sólo el cuadro y se ha quedado en esto. No se preocupen, no terminaré en la cárcel. Lo mío es puro voyeurismo: me gusta ver como afilan sus garras como quien juega. Las admiro de lejos y me limito a ser Annabel Lee en mundos virtuales: la más inocente, la de Poe y la que, además, está muerta y vive en un reino junto al mar. Nada es nunca casual ¿o se creían que lo de Annabel Lee sí lo era?