a Jack London, cuyos personajes eran heroicos e inauditos
lo mató la bebida.
a Eugene O'Neill, que componía obras
oscuras y poéticas, lo dejaba
inconsciente.
ahora nuestros modernos
dan conferencias en las universidades
con traje y corbata,
y los jovencitos sobriamente estudiosos
y las jovencitas de ojos vidriosos
los miran
con reverencia.
el césped estalla de verdor, los libros resultan muy aburridos
y la vida se está muriendo de
sed.
Charles Bukowski
Hacía años que ni releía ni leía casi nada a Bukowski cuando estas navidades, Jose me regaló el último poemario que publicó en vida, Poemas de la última noche en la tierra. Fui adolescente lectora de Bukowski, como buena adolescente lectora. Devoradora de Bukowski, incluso. Sigo sin comprender cómo es posible tener todos los cuentos que tiene el bueno de Buk sobre "me emborracho y cargo carne congelada" y que sean tan fascinantes. "La máquina de follar" se cuenta entre mis cuentos favoritos (con gran escándalo de mi progenitor cuando me escuchó recomendárselo a mi tío, hace ya muchos años), pero yo entré a Bukowski por la poesía.
La poesía de Bukowski hace que me caiga inmensamente bien.
La poesía de Bukowski hace que me caiga inmensamente bien.
Y siempre he desconfiado de la gente que no bebía absolutamente nada.