domingo, 3 de agosto de 2008

Olvídate y olvídame

CIERRA los ojos y a oscuras piérdete
bajo el follaje rojo de tus párpados.
Húndete en esas espirales
del sonido que zumba y cae
y suena allá, remoto,
hacia el sitio del tímpano,
como una catarata ensordecida.
Hunde tu ser a oscuras,
anégate en tu piel,
y más, en tus entrañas;
que te deslumbre y ciegue
el hueso, lívida centella,
y entre simas y golfos de tiniebla
abra su azul penacho el fuego fatuo.
En esa sombra líquida del sueño
moja tu desnudez;
abandona tu forma, espuma
que no se sabe quién dejó en la orilla;
piérdete en tí, infinita,
en tu infinito ser,
mar que se pierde en otro mar:
olvídate y olvídame.

Octavio Paz

2 never more:

Isabel Tejada Balsas dijo...

A veces son las espirales las que se hunden en nosotros, vértigo incluido.


Ciclotímica tú, ciclotímica yo ;)

Anónimo dijo...

"En esa sombra líquida del sueño
moja tu desnudez;
abandona tu forma, espuma
que no se sabe quién dejó en la orilla;
piérdete en ti, infinita,
en tu infinito ser,
mar que se pierde en otro mar:
olvídate y ólvídame."

No es una reiteración. He tenido que leerlo de nuevo, y una vez más.