Me niego a hacer sonetos. Su estructura
-dos anchos ataúdes de cuartetos
y otros dos más delgados de tercetos-
los muestra adustos, serios de figura.
O semejan barrotes de una dura
prisión de endecasílabos sujetos
por rimas consonantes; obsoletos
modelos del rigor. ¿Poesía pura?
Mayormente son versos preparados
a medida del molde y presentados
con un burdo remedo de la música.
Abjuro de sonetos donde sobra
o falta espacio para expresar la obra
en su justa extensión, la exacta, la única.
José María Fonollosa
Tengo debilidad por este tipo de sonetos. Desde Quevedo, tengo debilidad por los sonetos en general. Y digo desde Quevedo porque Petrarca, Dante y sus amigos llegaron después. Incluso Garcilaso llegó después. O Quevedo llegó antes. La cuestión es que le tengo cariño a lo de los dos cuartetos y dos tercetos. Yo, que aborrezco la métrica y contar sílabas casi tanto como la morfología y segmentar (falsamente) palabras.
Y en lugar de leer poesía en internet, debería irme a dormir.
Y en lugar de leer poesía en internet, debería irme a dormir.
16 never more:
yo tengo debilidad por Fonollosa... y eso que antes le tenía un pelín de manía por escribir en castellano...
Incluso cuando no estamos de acuerdo, lo estamos. No lo digo por Fonollosa, ni por los sonetos. Larga vida a los sonetos (aunque también odio contar sílabas como ejercicio mezquino y tedioso).
Besitos, Mery.
PEquna!!! saudos!!!
xa te apunto para lerte pronto, amore!
o mundo dos blogues!!!
muak!
Andrea
yo nunca leo poesía mas que cuando me topo con páginas asi
ahhh
las debilidades! como nos ganan!
Esas cosas con demasiadas reglas necesitan muchísimo dominio para que queden bien :S yo jamás podré escribir sonetos, se escucharian igual que alguein con un palo metido en el trasero jajaja
Si no logras dormir que te sirvan de consuelo que en la mitología mesoamericana una de las formas de visitar a los dioses es el trance, y una de las formas de indusirlo es la privación del sueño, tal vez en una de esas caes en trance y los dioses de mi tierra te susurran al oído poésiapara que la hagas tuya :P, de todo se puede sacar algo bueno ¿no?
Saluditos
.:.
la verdad es que si ¿quién mas hizo sonetos sino quevedo?
"solo sin vos, y mi dolor presente
mi pecho rompo con mortal suspiro;
sólo vivo aquel tiempo cuando os miro,
mas poco mi destino lo consiente..."
.:.
Me llevaste a una reflexión que por obvia nunca había hecho. El secreto encanto de los sonetos de Quevedo y su métrica es su claro anacronismo. Escribir así actualmente, subvertir con uno de los cánones más antigüos todos los cánones... ¡qué delicia! Todos los besos.
En preparatoria me encargaron escribir un soneto.
Es la única vez que he incursionado en esa rama.... fué muy difícil buscar las palabras, y contar, y aprender la métrica....
Al final quedó en una hoja guardada en el baúl de los recuerdos... la desempolvaré el día que pueda dedicárselo a alguien.
Anoche soñé contigo!!!
Fué de lo más .... raro!!!
Un mail tuyo invitándome a España, yo te dije va, y de repente estábamos ambas en un jardín riendo... ja.... y lo peor es que... no recuerdo tu rostro!! pero sabía que eras tú.
Abrazos linda!!
Muy a pesar de las diferentes métricas, creo qe todas/os hemos leido alguna vez libros redondos, anulando sus aristas y angulos rectos.
Besos Meryone.
Bueno, aunque Wilde no lo dijera, imaginemos que lo hizo.
Besitos.
Los sonetos van a estar ahi. El sueño también. ¿que importa el sueño, que importa dormir? A veces desvelarse vale mas la pena de lo que parece
Muy bueno.
Si tienes tiempo de darme tu opinión de mi blog.
El de Sabina, también es interesante.
Besos
Adela
A mí también me gustan los sonetos. Y a veces me atrevo a escribirlos. En relación con éste de Fonollosa, aparte de acordarme del de Violante de Lope y de otro de Cernuda ("Divertimento"), me gusta particularmente uno de Manuel Machado que se titula "Alfa y Omega". Lo dejo ahí, aunque no sea ninguna alegría.
Un saludo
Cabe la vida entera en un soneto
empezado con lánguido descuido,
y, apenas iniciado, ha transcurrido
la infancia, imagen del primer cuarteto.
Llega la juventud con el secreto
de la vida, que pasa inadvertido,
y que se va también, ya que se ha ido,
antes de entrar en el primer terceto.
Maduros, a mirar a ayer tornamos
añorantes y, ansiosos, a mañana,
y así el primer terceto malgastamos.
Y cuando en el terceto último entramos,
es para ver con experiencia vana
que se acaba el soneto... Y que nos vamos.
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