MUERTE POR AGUA
Está parado. Y está parado de
modo tan absoluto y definitivo
como si estuviese sentado.
modo tan absoluto y definitivo
como si estuviese sentado.
W. GOMBROWICZ
El camino está nevado, y la sombría dama arrebujada en sus pieles dentro de la carroza se hastía. De repente formula el nombre de alguna muchacha de su séquito. Traen a la nombrada: la condesa la muerde frenética y le clava agujas. Poco después el cortejo abandona en la nieve a una joven herida y continúa viaje. Pero como vuelve a detenerse, la niña herida huye, es perseguida, apresada y reintroducida en la carroza, que prosigue andando aun cuando vuelve a detenerse pues la condesa acaba de pedir agua helada. Ahora la muchacha está desnuda y parada en la nieve. Es de noche. La rodea un círculo de antorchas sostenidas por lacayos impasibles. Vierten el agua sobre su cuerpo y el agua se vuelve hielo. (La condesa contempla desde el interior de la carroza). Hay un leve gesto final de la muchacha por acercarse más a las antorchas, de donde emana el único calor. Le arrojan más agua y ya se queda, para siempre de pie, erguida, muerta.
Alejandra Pizarnik, La condesa sangrienta
o
Valentine Penrose, idem
No vean, por piedad, por amor a la Bathory, a los psicópatas, a Caravaggio, al cine y a todo lo que quieran, la última adaptación (checa, de hace un par de años). No lo hagan. Perderán muchas horas de su vida, se cabrearán si amaban a Erzsebeth y extrañarán todas las torturas bonitas que le daban glamour; sólo verán una supuesta víctima de las envidias con una peluca terrible y sin ningún parecido a la condesa y se desesperarán esperando que empiece a desangrar chicas para manenerse blanquita y joven. También se tirarán de los pelos por la mala imitación de Guillermo de Baskerville y Adso de Melk en patines (rigurosamente cierto), la relación con Caravaggio (¿alguna noticia de que Caravaggio alguna vez haya pisado Hungría y/o se haya acostado con alguna mujer?), que la sangre de doncella fueran pétalos rojos (!) y lo malísima y aburrida que es en general.
Ahora las seiscientas doncellas gimen todavía más alto cuando alguien se acerca al castillo.
Ahora las seiscientas doncellas gimen todavía más alto cuando alguien se acerca al castillo.