Mostrando entradas con la etiqueta el lado oscuro del corazón. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta el lado oscuro del corazón. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de enero de 2009

Lo he visto en pinturas y oído en canciones...




Parece que sigo jugando. Puede que siga diciendo determinadas palabras aunque yo pensara que se me habían olvidado. Es lo bueno de no tener totalmente claro cuáles son. O lo malo, algunos días.

A todo esto, debería aprender a jugar al ajedrez. Lo de sólo saber mover las piezas me está pasando factura y así ando: a trancas y barrancas.

Me voy a la cama. Con Bolaño.

martes, 9 de diciembre de 2008

Todos los niños crecen, excepto uno

UNAS PALABRAS PARA PETER PAN

"No puedo ya ir contigo, Peter. He olvidado volar, y...
Wendy se levantó y encendió la luz: él
lanzó un grito de dolor... »
James Matthew Barrie, Peter Pan.

Pero conoceremos otras primaveras, cruzarán el cielo otros nombres -Jane, Margaret-. El desvío en la ruta, la visita a la Isla-Que-No-Existe, está previsto en el itinerario. Cruzarán el cielo otros nombres hasta ser llamados, uno tras otro, por la voz de la señora Darling (el barco pirata naufraga, Campanilla cae al suelo sin un grito, los Niños Extraviados vuelven el rostro a sus esposas o toman sus carteras de piel bajo el brazo, Billy el Tatuado saluda cortésmente, el señor Darling invita a todos ellos a tomar el té a las cinco). Las pieles de animales, el polvo mágico que necesitaba de la complicidad de un pensamiento, es puesto tras de la pizarra, en una habitación para ellos destinada en el n° 14 de una calle de Londres, en una habitación cuya luz ahora nadie enciende. Usted lleva razón, señor Darling, Peter Pan no existe, pero sí Wendy, Jane, Margaret y los Niños Extraviados. No hay nada detrás del espejo, tranquilícese, señor Darling, todo estaba previsto, todos ellos acudirán puntualmente a las cinco, nadie faltará a la mesa. Campanilla necesita a Wendy, las Sirenas a Jane, los Piratas a Margaret. Peter Pan no existe. «Peter Pan, ¿no lo sabías? Mi nombre es Wendy Darling». El río dejó hace tiempo la verde llanura, pero sigue su curso. Conocer el Sur, las Islas, nos ayudará, nos servirá de algo al fin y al cabo, durante el resto de la semana. Wendy, Wendy Darling. Deje ya de retorcerse el bigote, señor Darling, Peter Pan no es más que un nombre, un nombre más para pronunciar a solas, con voz queda, en la habitación a oscuras. Deje ya de retorcerse el bigote, todo quedará en unas lágrimas, en un sollozo apagado por la noche: todo está en orden, tranquilícese, señor Darling.

Leopoldo María Panero



Siempre he mantenido que me parecía injusto el tener que escoger entre Wendy y Campanilla. Yo quiero ser Tigrilla, la amiga de Peter. O sirena. Hay veces que querría ahogar a Wendy.

Lo único que me gusta de Wendy es que sea la única chica entre tanto Niño Perdido y que cosa la sombra de Peter.

A Campanilla, realmente no la soporto. Pese a ello, bato palmas periódicamente, para demostrar que creo en las hadas y salvarla.

Tal vez porque envidio su capacidad para hacer volar a otros. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo.

Yo claro que sé volar. Y hacer todo lo que sabe hacer una piel roja como dios manda.

Ni Wendy ni Campanilla, no. Que se peleen ellas por Peter.

Todos los niños crecen, excepto uno. Y ahora viene Panero a contarnos que no existe.

Pero Nunca Jamás, sí. Si no, ¿dónde se supone que vivo yo?



martes, 5 de agosto de 2008

Nunca veas a una puta con luz de día

Hay alguien que deja prácticamente todos los videos de El lado oscuro del corazón en youtube, para que yo me los vaya encontrando y los tenga que poner.

Cada uno tiene sus debilidades. Esta película es (y ya lo fue más, conste) una de las mías.

sábado, 26 de julio de 2008

Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo





El texto es una variante de un poema de Oliverio Girondo. La película se llama El lado oscuro del corazón y últimamente me acuerdo mucho de ella. Lo que quiere decir que tengo que volver a verla. Y que tengo que seguir diciendo determinadas palabras para que la Muerte no me lleve.

Por lo demás, que a Benedetti lo amo y que a Oliverio Girondo lo descubrí allá en primero de carrera, en el cine de Barroso, viendo esta película. Cuando el cine de Barroso todavía funcionaba. Y podíamos poner (podían, yo aún no estaba en la Comisión) cualquier cosa. Fue el principio del fin, también. El año de Braindead, Fóllame y La Isla el mismo fin de semana. Pero aquello era lógico. A mí me llamaron la atención por poner La noche de los muertos vivientes. Y El tren de Zhou Yu. La primera por gore y la segunda por desconocida. Al grito de "además, tú que siempre pones películas clásicas". Así que tuve que seguir poniendo Ciudadano Kane y Rebelde sin causa. Y tantas por el estilo que ahora no recuerdo si fui yo o no quién las ponía. Pero me gané a pulso ser "la del cine clásico". Y tenía un público selecto que bajaba siempre que era yo quien ponía una película.

Hay veces que se me hace raro no vivir todavía allí. Pero ¡qué bien se vive fuera!