martes, 30 de junio de 2009

A una hora de las vacaciones

A una hora de las vacaciones y de una en absoluto envidiable intensidad académica (si es que cuando eres pequeño y te dicen que compensa estudiar durante el curso para no tener que quedarte sin vacaciones, tienen razón), a cuatro días (y un poquito) de cumplir los veintiséis, minutos después de haber enviado la primera versión definitiva de mi famoso y odioso lemario, os dejo a Marlene cantando "Luar do Sertão". (¡Ay!)

La letra de la original es más larga.





Não há, ó gente, ó não
Luar como este do sertão...
Não há, ó gente, ó não
Luar como este do sertão...

Se a lua nasce por detrás da verde mata
Mais parece um sol de prata prateando a solidão
A gente pega na viola que ponteia
E a canção é a lua cheia a nos nascer no coração

Não há, ó gente, ó não
Luar como este do sertão...
Não há, ó gente, ó não
Luar como este do sertão...

También os regalo la última imagen de Marlene que encontré. (Otro ¡ay!) Para compensar que las vacaciones no son reales y no puedo dejar a la sirenita de Waterhouse.



No sé hasta que punto mi intensa vida académica va a ser compatible con el blog. Dependiendo de lo intenso que sea el ocio paralelo, como siempre. Probablemente más de una entrada sobre caballeros y doncellas caiga, me temo.

sábado, 20 de junio de 2009

Celso Emilio Ferreiro

Llevo muchos muchos años enamorada de Celso Emilio Ferreiro y es probable que el amor empezara más o menos cuando leí este texto, en un libro de clase. De Celso Emilio, por casa, sólo había una versión bilingüe (aquellos tiempos tan simpáticos en los que se presuponía que los gallegos que sabían leer no sabían gallego porque era la lengua de hablarle a las vacas y esas cosas) de Longa noite de pedra. Años después, en mi COU, llegó O soño sulagado, que era una de las lecturas obligatorias de Literatura Gallega (y yo siempre mantendré que me gusta más Longa noite de pedra, pero allá quienes seleccionaran el temario), pero no tenía más. Hasta hace unos meses que me compré la Obra Completa (¡sí!) y que por fin he leído los libros que no estaban en la Biblioteca ni tenían las librerías de Ferrol cuando yo era una adolescente enamorada de muchas cosas y de muchos autores.

Este poema pertenece a Cemiterio Privado y hace muchos, muchos años que me pone los pelos de punta:



EPITAFIO SEN SARTEGO

Existen monumentos ó soldado descoñecido
pero ninguén se lembra do labrego que labra a terra
no campo onde naceu o soldado descoñecido,
nin do obreiro que construíu a casa
onde viviu o soldado descoñecido,
nin da nai que pariu un meniño loiro
que despois chegou a ser soldado descoñecido,
nin do poeta que canta, morrendo de noxo,
para que no mundo non haxa soldados descoñecidos.

Celso Emilio Ferreiro


Y, como me siento inspirada y no quiero titear, os lo voy a traducir:


EPITAFIO SIN SARCÓFAGO

Existen monumentos al soldado desconocido
pero nadie se acuerda del labrador que labra la tierra
en el campo donde nació el soldado desconocido,
ni del obrero que construyó la casa
donde vivió el soldado desconocido,
ni de la madre que parió un niñito rubio
que después llegó a soldado desconocido,
ni del poeta que canta, muriéndose de asco,
para que en el mundo no haya soldados desconocidos.

Celso Emilio Ferreiro


Hoy paseaba mi edición de Celso Emilio. Amo profundamente a Celso Emilio y os lo recomiendo encarecidamente. Hay mucho por internet y, si bien suele tener palabras difíciles, tampoco es difícil entender el sentido.

PS que no viene al caso: Lindt tiene un chocolate supuestamente negro (para mi gusto le falta más o menos un 40% de cacao porque sólo tiene un 47%) con sal marina que está cojonudo. Y que anima a titear que da gusto. Vale, el post scriptum era sólo para postergarlo dos minutos más. Ya voy.

jueves, 18 de junio de 2009

Summertime




Summertime

And the livin’ is easy

Fish are jumpin’

And the cotton is high


Oh your daddy’s rich

And your mamma is good lookin’

So hush little baby

Don’t you cry


One of these mornings

You’re goin’ to rise up singin'

Then you’ll spread your wings

And you’ll take the sky


But till' that mornin'

There’s a nothin’ can harm you

With daddy and mammy

Standin’ by




A veces (muchas) Jose tiene razón al compararme con Janis Joplin. No sólo porque en cuanto empieza el buen tiempo parezco recién salida de Woodstock, sino por infinitas cosas que él, yo y media docena de seres más, sabemos.

Razón tenía Alejandra Pizarnik cuando escribió EL POEMA a Janis Joplin. Desde que lo conozco quiero hacer una entrada con él en el blog.


Para Janis Joplin (fragmento)

a cantar dulce y a morirse luego

no:
a ladrar.

así como duerme la gitana de Rousseau
así cantás, más las lecciones de terror.

hay que llorar hasta romperse
para crear o decir una pequeña canción,
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia
eso hiciste vos, eso yo.
me pregunto si eso no aumentó el error.

hiciste bien en morir.
por eso te hablo,
por eso me confío a una niña mostruo



Este verano, por fin, no me voy a la ciudad en la que crecí y que tanto odio, sino que me quedo aquí. Me quedo a terminar el TIT (hacer, mejor dicho) a trabajar y a no estar allí. Aquí no hay mar, pero hasta eso es soportable. Es llegar a Ferrol y que todo lo que se parezca remotamente a la estabilidad (si es que se puede hablar de estabilidad en lo que a mí respecta) se vaya al carajo. De un momento a otro y sin avisar. Un fin de semana, unos días, es tolerable. Más, es una tortura.

Cuando tenía quince años (o trece, o catorce, o dieciséis o los que fueran) no era esta exactamente la concepción de desplegar las alas e irme lejos que tenía. Aunque supongo que el tener que quedarse en casa escribiendo sobre la figura del caballero entre dos damas en la narrativa cortés compensa el hecho de no ir a morir de sobredosis a los veintisiete. Porque creo que, de todas las maneras imaginables de las que puedo morir joven, la heroína es la menos probable. Seguida de cerca por un ataque terrorista sobre la catedral justo cuando vaya hacia la facultad y pase por delante.

Estos días, mientras redacto o no el TIT y escucho a Janis Joplin sigo maravillándome de estar (y llevo ya varios meses y nada parece indicar que vaya a terminarse pronto) en uno de esos rarísimos momentos en que el optimismo desborda y las canciones tristes (o no) y los poemas y todo aquello con infinitas dosis de desesperación y altas probabilidades de catarsis son sólo eso: poemas, canciones, películas, cuadros, lo que sea, pero no las señales que me fueron dejando otros para seguir adelante. El optimismo es cojonudo. ¿Por qué los largos periodos de tiempo que estoy en crisis no lo recuerdo?


sábado, 13 de junio de 2009

Sabela

Cando eu andaba no estudo era un mozo das romerías, bailador e divertido. Non había festa na vila, nin nos arredores, onde non aparecese danzando como un trompo esgarabelleiro. Ai, aqueles valses, aquelas mazurcas, aquelas polcas e aquelas habaneras!
Entón o agarradiño aínda era un pecado venial, e bailábamos con tino, para que os vellos non refungasen.
As mozas acorazaban o corpo cos xustillos e non consentían o arrimo; pero arrecendían a roupa gardada con mazás e a carne lavada con xabrón de rosas. Os mozos bailábamos por darlle gusto ás pernas, e contentábamonos co cheiro...
Había na vila unha rapaza do meu tempo, xeitosa de corpo, feitiña de cara, leda de xenio, traballadora de condición, pescantina de oficio e limpa de conducta, pero picante nos decires.
As súas verbas tiñan o labio salgado dos mariscos. Os decires escentilaban contentamento, e nos seus arredores non podía medrar a tristura. A risa facíalle goios de amor nas fazulas, poñíalle pintiñas de malícianos ollos e brilo de nacra nos dentes. Os andares, arfados e velaíños, facían no aire ronseis de gracia. Andaba descalza, e os engados da súa carne non tiñan segredo para os ollos de ninguén. Os pés lenes, as pernas brancas, os brazos redondiños. O corpo era un gran corazón prisado. Cantaba coma un xílgaro e bailaba coma un argadelo.
Era a rapaza máis fermosa da vila, e dábase conta do seu poderío. Escarolábase, bulrona, cando os señoritos forasteiros lle facían a rosca e revíase, compasiva, cando os mozos do seu igoal criaban o pasmo.
Ela gustaba de contar na ribeira os perigos en que se metía, e as pescas estordegábanse de risa cos ditos da rapaza, que descobría, de miúdo, tódalas súas enchoiadas amorosas. Ela gustaba de alcender fogueiras e logo apagalas, e nos seus feitizos de serea morrían os fumes dos señoritos e as olladas dos mozos mariñeiros. Era dona de si e viveu sempre ceibe de marmuracións.
Nos días de festa parecía outra. A saia longa, a chambra de froles, o pano de oito puntas. Unha lazada verde na trenza do pelo. A cara con certo remilgo de señoritinga. Os andares coutados, por mor dos zapatos... Deica bailar tres veces non xurdía na súa face a risa escachada dos días soltos. No retorno da festa entraba na casa cunha cantiga nos beizos e cos zapatos na man.
A primeira vez que bailei foi con ela.
Eu adicábame, nos meses de vacacións, á vida de gandaia, e cando me fixen mozo quixen ser un tunante; pero non sabía bailar de modo. Eu reloucaba por deprender ben o agarradiño e locirme nas romerías; pero non lle daba xeito ás pernas.
Un día atrevinme:
-¿Qués que botemos esta polca?
-E ti sabes?
-Imos ver.
A rapaza comprometeuse a enseñarme, i eu pagáballe coa miña ledicia de estudante. Empecei dando voltas á dereita. Ela levábame... “Agora dous pasiños de lado”. “Agora outra volta”. “Dálle máis aire ó corpo”. “¡Non saímos do sitio!”. “¡Ai, qué burro!”. “Así, home, así”. “Agora vai ben”.
Pouco a pouco fun deprendendo, e non tardei en bailar valses e mazurcas con certa maestría. Dispóis xa me fixen bailador e aproveitaba tódalas tocatas; pero afeito á miña compañeira non tiña gusto en bailar con outras. De remate os dous fixemos unha das mellores parellas.
A rapaza e máis eu estábamos unidos polo baile, i eu ríame, a cachón, dos seus ditos. Queríamonos ben; pero non sentíamos desacougos amorosos. Se chegase a poñer ollo na súa fermosura burlaríase de mín coma dos demáis.
Con todo a miña nai reprendíame:
-Ti non es quen para comparar coa Sabela. ¿Por qué non bailas con todas? Sempre coa mesma, sempre coa mesma! oles nen ti lle fas favor a ela nen ela cho fai a ti.
-Baila moi ben, ¿sabe, miña nai?
-Bailará; pero ela é unha pesca e ti es un estudante. O baile é cousa do demo e Sabela é unha boa rapaza. Probe de ti como non a respetes.
Miña nai, como tódalas nais, coidaba que o seu fillo era un Tenorio; pero a honradez de Sabela gardábase detrás de catro muros de canteiría.
Marchéime da vila cangando cun tiduo universitario, e as preocupacións do meu vivir arredáronme das troulas. Perdín a mocedade, fíxenme home; o baile chegou a parecerme cousa de parvos, e fai moitos anos que nin tansiquera vexo bailar.
Do tempo de estudante non gardei un recuncho para as lembranzas de romería, e Sabela esvaéuseme da memoria.
Cando se proclamou a República lanceime á política e saín diputado das Constituíntes. A miña vila quixo agasallarme e alá fun eu.
Desembarquei baixo o estrondo das bombas e antre o entusiasmo dos vellos amigos, que acugulaban o peirán e a ribeira. O azougamento non me deixaba camiñar, e se sodes sentimentaes comprenderedes a miña emoción, porque a vila natal non é coma tódalas vilas.
Cheguei á casa de meus pais, e na veira da porta vin a unha muller... Era gorda de ventre, de pernas e de brazos; a cara inflada e bermella; a boca sen dentes; a postura de regateira.
Miroume, fite a fite, cos ollos mergullados en bágoas, e ó pasar acarón dela, sióume con voz estremecida estas verbas: "Meu bailador"


Castelao


No encontré una traducción y sé que lo destrozaría demasiado haciéndolo. Recordé "Sabela" (una de las primeras cosas que leí de Castelao en a saber el libro de texto de qué año) enviando un mail a Rosalie que está haciendo un trabajo sobre Manolo Rivas y quería información sobre Castelao.

Supongo que no entenderéis todas las palabras, puede que sólo la mitad, pero es lo bastante corto como para intentarlo. También lo bastante bonito y lo bastante triste. Amar a Castelao debería ser imperativo. Aunque se sea de fuera y no se le entienda del todo.

miércoles, 10 de junio de 2009

Más Courbet (la cuarta, ya)

Courbet, aunque lo ponga poco y de pocos en pocos cuadros, es uno de mis pintores favoritos. No sólo por "El origen del mundo" (si no conocéis el cuadro, dadle a la etiqueta Courbet y bajad hasta el final) sino por todo en general. Me gustan incluso las de barquitos.

Hoy, por fin, he puesto "El sueño". No sólo porque no he dormido nada ni de noche ni por la tarde y sueño con mi cama, sino porque hoy sí que tocaba.

Es el blog quien decide lo que toca, no yo.



domingo, 7 de junio de 2009

¿Estrenar una vida diferente?

WATER STREET

El mundo nos resulta ajeno, inhóspito.
Debiera ser destruido por completo.
Construir un mundo nuevo sin sus ruinas.

Y estrenar una vida diferente.

Pero al pasar el tiempo el nuevo mundo
tampoco hallarán propio nuevos hombres..
También ellos querrán un mundo nuevo.

Mejor fuera destruirlo y no hacer otro.

José María Fonollosa



Mejor, realmente... y eso que ando en una de las etapas más optimistas de los últimos años. Claro que el optimismo no quita la percepción de la realidad.

Lefevbre

Ayer me preguntaba por qué no había post entero para Lefebvre. Ahí va:





















Las que parecen Pandoras son Pandoras, la que parece una Lady Godiva es una Lady Godiva y, obviamente, la que es una odalisca, lo es.

sábado, 6 de junio de 2009

María Magdalena (II)

Acabo de dividir el post de ayer en dos para que quepan todos los pintores en las etiquetas. También corrijo al pobre de Lefebvre, que me había saltado la v debajo del cuadro correspondiente y acabo de darme cuenta.


Giovanni Lanfranco


José Antolínez


Honoré Daumier


Gustave Doré


Guido Reni


Guido Reni



Georges de la Tour


Correggio


Carlo Crivelli



Heintz


Alexander Ivanov



Cánova


Y dos repetidos:


Frederick Sandyss


Francesco Hayez


PS. También me dispongo a responder comentarios de la entrada de Drummond y a devolver visitas.

viernes, 5 de junio de 2009

María Magdalena (I)

Ante todo, nada que ver con Dan Brown y su obsesión con escribir mal, con la Magdalena y con el Grial.

Me topé antes con la Magdalena de Lefebvre (¿por qué todavía no he hecho un monográfico de Lefebvre?) y decidí que una batería de Magdalenas siempre podía ser interesante. Son muchas: juzguen ustedes.



Piero di Cosimo


Tissot



Roger van der Weyden


Dolci


Seghers



Murillo


Jan van Scorel


Saraceni


Herbert


Creti


Caravaggio


Perugio


Domenico Piola



Tiziano


Lefebvre





miércoles, 3 de junio de 2009

Drummond de Andrade


NO MEIO DO CAMINHO

No meio do caminho tinha uma pedra
tinha uma pedra no meio do caminho
tinha uma pedra
no meio do caminho tinha uma pedra.

Nunca me esquecerei desse acontecimento
na vida de minhas retinas tão fatigadas.
Nunca me esquecerei que no meio do caminho
tinha uma pedra
tinha uma pedra no meio do caminho
no meio do caminho tinha uma pedra.

Carlos Drummond de Andrade



Como siempre hay alguien que dice que no entiende portugués, os dejo una traducción:


En medio del camino

En medio del camino había una piedra
había una piedra en medio del camino
había una piedra
en medio del camino había una piedra.

Nunca me olvidaré de ese acontecimiento
en la vida de mis retinas tan fatigadas.
Nunca me olvidaré que en medio del camino
había una piedra
había una piedra en medio del camino
en medio del camino había una piedra.

Carlos Drummond de Andrade


La versión portuguesa es infinitamente más hipnótica, a mi modo de ver.

Los gallegos no podemos no pensar en Celso Emilio Ferreiro y su Longa noite de pedra. Al menos el poema. Al menos los gallegos devotos de Celso Emilio.