martes, 28 de abril de 2009

¡Qué lástima!

¡Qué lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.
Después... ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!
Una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
(que me contaran
viejas historias domésticas como a Francis Jammes y a Ayala)
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque..., ¿Qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!

Sin embargo...
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca...
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente a través de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias, de Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa...
Ella entonces me llama
¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.

Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja
muy blanca...
En una caja
muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana...
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por el cristal de mi ventana...
¡Y la muerte también pasa!

¡Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!

León Felipe


Este poema tiene toda la culpa de mi amor por León Felipe y casi toda de mi condición de apátrida. El resto la tiene el tener un padre militar y patriota, claro. Un padre que dijo cuando era pequeña que León Felipe en general y este poema en particular "no eran para niños". Así terminé. Sin dios ni patria ni rey y estudiando literatura. Y traumatizada por el hecho de que la nariz de la niña se viera igual pegada al cristal del ataud que al de la ventana.

Luego llegó Poe, claro. Las niñas muertas de Poe habían hecho cosas de importancia, como dar envidia a los ángeles y esas historias, pero a Poe le faltó siempre el tema político. Y no es que vaya a censurar a mi primer amor por no hacer una escritura comprometida, claro que no. Sobre todo porque le faltaba en compromiso político lo que le sobraba en aliteración. Y prefiero las aliteraciones de Poe a la ironía de León Felipe, claro. Empezando porque a Poe lo prefiero a casi todo y desde que el mundo es mundo.

Y luego llegaron casi todos los demás. Y no es que la generación de los cincuenta sea lo mejor que ha dado de sí la literatura en lengua cervantina, pero tampoco es ni de lejos lo peor. Y todos tienen esto que hace que, a aquellos que hemos crecido escuchando cantautores, nos gusten. Eso y que del 27 a los novísimos, prácticamente lo único que había en el país en el que algunos dicen que vivo y en el que mandaba un señor bajito, conservador, con bigote y procedente de la ciudad en la que me tocó crecer, era esta gente, el petardo de Pemán y el papá de Panero que lo único bueno que hizo por la literatura fue reproducirse.

12 never more:

Caio Fern dijo...

i dont know what language to use for write to you,i read very well in spanish , but do a mess when ihave to speak or write.
your blog is amazing , it saved my day and i will surelly visit more times for now one.
i hope that if one day you visit mine , that is about paintings and poetry, you like and enjoy as i did visiting yours.
eu adorei seu blog , es maravilhoso e me diverti muito , espero que um dia visite o meu e goste tambem!

Shemyr dijo...

Y los pacos son "carabineros de Chile", la policía que usa trajes verdes.


Por eso la historia destructiva, perdieron sus pétalos.

payomocion dijo...

y ademas, el mundo se está llenando de tristeza con esta pandemia que nos ataca.....

CAT dijo...

Definitivamente la mejor forma de alentar a que tus hijos hagan algo es prohibiendoselos. jeje
Cuando era niña y tenía insomnio (si, lo se dificil de creer que una niña de 7 años tenga insomnio pero ocurria) estiraba la mano al librero cerca de la cama y aveces lo que mi mano alcanzaba era el libro de Narraciones Extraordinarias, me gustaba mucho ese cuento en el que un mono escapaba porque había matada a sus amos para despues esconderlos en la chimenea. Me acuerdo que me sentaba en una lata vacía de leche en polvo para leer bajo las cobijas con mi lampara de pilas, hasta que mi mamá se despertaba y desde la litera de arriba gritaba "Canija escuincla ya duermete o verás, te vas a quedar ciega por estar leyendo con esa luz"

Supongo que algo tendrá que ver en que Poe me guste pero no me apasione y tenga la debilidad por desvelarme jeje

Saluditos prometo no convertirme en cerdo, en esta semana de encierro obligado.

Juan A. dijo...

Y así terminaste, sin dios ni patria ni rey... genial y adorable como tú sola. Para fortuna nuestra. Claro.

Ese León Felipe me trae recuerdos de gozosas mañanas invernales en las que aún era todo posible.

Besos, niñita.

Sergio dijo...

Y ahora extiendes la palabra de León Felipe sin darte cuenta. El poema me ha gustado mucho. No conozco al poeta más que de nombre. Ahora puedo decir que he leído algo y que tal vez lo siga leyendo. Cada día que pasa leo más y sin embargo me queda más por leer. Pero este poema... La historia de la niña da un giro siniestro de lo cómico a lo macabro que me encanta. Tal vez por eso haces una buena relación de ideas y pasas de la niña de León Felipe a las de Poe. Por cierto, Poe fue mi primer escritor preferido. Besos.

Adrahel dijo...

¿Cómo dices eso de la Generación de los Cincuenta?
¿Y Gil de Biedma, y Goytisolo, y Jaime Ferrán, y Francisco Brines, y Valente, y José Hierro, y Gamoneda? ¿Y Barral, que los editó a casi todos?
Lo que les pasó a estos es que luego vino Castellet a joder la marrana sacándose de la manga un éxito editorial (bueno, y a Pere Gimferer y a Panero, que sino no los hubiera publicado nadie en la puta vida) para reanudar la tan manida diatriba contra la generación anterior.
Y en la guerra antiguos vs. modernos, ya sabes con quién hago yo ejército.

Bicos.

Comtessa d´Angeville dijo...

Oiga que el papá de los Panero hizo cosas que molaban además de tres geniecillos...

Carol Bret dijo...

No es que no tengas patria, es que tu patria es el mundo. Qué digo el mundo... el universo entero. Y quien tiene libros, no necesita banderas. Ea, a disfrutar de la libertad!!
Bikos.

maloles dijo...

Ya ves, really freak.
A partir de ahora voy a llamarme Meryone y... (copiar pegar) xD

ya sabía yo que lo sabrías. ñañañaña
( pero así parece que sé algo de arte!xDDD) cosa que es mentira, por cierto.



Muas!

NANO dijo...

.:.

es bonito que mezcles amor con necesidad, amor de poe y necesidad de poe... amor a la patria y necesidad de política...

eres realmente bella, me encantó la idea detrás de estas letras: "... porque a Poe lo prefiero a casi todo y desde que el mundo es mundo."

me encanta leerte...


.:.

Unknown dijo...

me gusta este espacio mezcla explosiva de inquetudes de una ciudadana del mundo con una dolor medieval